Seguimos despistados y despistándonos por todo. No nos hacemos con la situación, con la nueva realidad que de normalidad no tiene nada. Improvisamos, intentando acertar o al menos tratamos de afrontar esta situación como mejor se nos ocurre.

El Servicio de Transportes del Gobierno de Navarra también, y en el post-confinamiento decidieron lanzar una medida para impulsar el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible y respetuoso con el ambiente y con las distancias de seguridad. Y nos preguntaron a las tiendas de bicicletas qué haríamos. Bien hecho, lo de preguntar. Estamos tan poco acostumbrados a que los administradores de la cosa pública pregunten que agradecemos cuando lo hacen. ¿Ayudamos a comprar bicis nuevas o a arreglar las que la gente tiene en sus casas?

Nuestra respuesta fue inmediata: arreglar. Una, porque el mundo está desabastecido de bicicletas y, aunque empieza a haber problemas también para conseguir accesorios y componentes, estaba claro que la gente tiene bicicletas infrautilizadas en sus casas y que en los primeros días de desconfinamiento habíamos visto cómo las desempolvaba para intentar ponerlas en juego. Dos, porque, si el presupuesto era limitado, se llegaba a más gente con el mismo dinero. Tres, porque es mejor aprovechar que sustituir.

Un éxito. Con apenas 50.000 euros y prácticamente sin publicidad. Las ayudas han durado 3 días. 

Ahora nos queda un mes duro de arreglar bicis más o menos arreglables y de hacer toda la tarea administrativa de justificación, pero creemos que ha merecido la pena la prueba y que merece la pena proponerla en el futuro, quizá con más fondos, con más publicidad y con un formato y un protocolo que no nos obligue tanto a las tiendas y a los talleres. 

Foto: Diario de Noticias de Navarra